PATRICIO ALEJANDRO AUGUSTO CERECEDA TRUAN

El Mayor Patricio Cereceda Truan, un muy buen militar, el cual si no lo hubiese sido no habría sido designado para mandar un Batallón, por el ex C.J.E. Cheyre. El Mayor Cereceda es de aquellos hombres que se han entregado por completo a la vida militar por el convencimiento de hacer más grande a su Ejército y por que no decirlo Chile, tal como lo dice las lineas de bronce estampadas en la Escuela Militar y escritas por Bernardo O' Higgins las cuales dicen: "EN ESTA ACADEMIA MILITAR ESTA BASADO EL PORVENIR DEL EJÉRCITO Y SOBRE ESTE EJÉRCITO LA GRANDEZA DE CHILE" .
La Tragedia
La muerte de los 45 soldados en los faldeos del volcán Antuco puso al relevado jefe del batallón como principal responsable de la catástrofe. Desde entonces el mayor Cereceda no sólo enfrenta un proceso judicial que puede llevarlo a la cárcel, también vio destruida una carrera militar hasta ese minuto intachable y que lo llevó a ser premiado en tres oportunidades como instructor distinguido por el Ejército.

Desde entonces, la imagen del mayor Cereceda, uno de los tres oficiales relevados del cargo por el comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, se ha asociado a la de un oficial duro, exigente e inflexible con sus subalternos, a los que no habría escuchado cuando éstos le advirtieron del riesgo de bajar en esas condiciones. A la de un hombre temerario, que mandó a morir a sus tropas. A la del especialista en Montaña incapaz de prever la tragedia y que, una vez desatada ésta, se queda paralizado, sin dar una nueva orden.
Cereceda esta dolido por la muerte de los soldados, pero también por la forma en que siente que la prensa, y en parte también el Ejército, lo ha expuesto. Y es que considera que lo "crucificaron" incluso antes de que se iniciara la investigación administrativa y judicial que deben precisamente establecer cuáles fueron las fallas y quiénes los responsables.
Cereceda también ha afirmado que al momento de dar la orden de bajar no había recibido la alerta temprana decretada por la Onemi el lunes 16 de mayo, a raíz de la aproximación de un frente de mal tiempo. La alerta sí fue recibida oportunamente en el regimiento de Los Angeles, por el jefe de inteligencia, pero esta no se transmitió al refugio Los Barros, donde se encontraba Cereceda al mando del batallón.
Fin de una carrera

La carrera militar la comenzó en enero de 1983.
De familia castrense -es hijo de Antonieta Truan Laffont y el Mayor en retiro Sergio Cereceda Arcos del arma de Infantería y sus tres hermanos son oficiales de Ejército- dejó el colegio Don Bosco de Iquique al cumplir los 16 años para ingresar a la Escuela Militar. Siempre quisó ser de Infantería. Lo de montañes llegaría mucho después.
En la Escuela Militar los cadetes fueron recibidos por el entonces capitán Andrés Avendaño,secretario general del Ejército (en el momento de la tragedia), quien sería su primer comandante de compañía.
Como jefe de su sección quedó Patricio Espinosa Zanelli, el mismo que ahora por orden de Cheyre debió asumir el mando del regimiento Los Ángeles. Como ambos eran de provincia, Cereceda y Espinosa se harían buenos amigos.
Tanto por su facha, flaco y alto, como por su carácter tranquilo y callado, lo apodaron el "Pollo Cereceda". Siempre se mantuvo dentro de los 30 mejores del curso. Era famoso, eso sí, por su espíritu conciliador, pues era él quien llamaba a la calma en los roces y pugnas que se producían entre compañeros. Una imagen que sorprendentemente contrasta con la del oficial prepotente e incluso inflexible con la que ha sido retratado por el propio C.J.E. Cheyre y reclutas que sirvieron bajo su mando.
Patricio Carrasco, compañero de Cereceda por casi una década en el Ejército, no comparte la imagen que se ha creado en el último tiempo. Recuerda que en la Escuela de Infantería de Cerro Chena, mientras se desempeñaba como teniente instructor, fue elegido por todos los soldados y clases como mejor compañero. "En esa época era obligatorio que los instructores durmieran junto a los alumnos. Como no teníamos auto, teníamos que caminar todos los días desde la Escuela en calle Balmaceda, hasta el regimiento en San Bernardo, más de una hora ida y vuelta", recuerda Carrasco.
A la Escuela de Infantería Cereceda llegó en enero de 1987, como alférez, pero no se hizo cargo del mando de tropas como era la costumbre, sino entró al primer curso de capacitación como oficial subalterno que impartió el Ejército. Estuvo entre las primeras antigüedades, así que se le autorizó a tomar de inmediato el curso de especialidad en Montaña en la Escuela de Montaña de Los Andes, algo que hasta entonces sólo se podía hacer después de tres años al mando de tropa.
Todo un hito dentro del Ejército. Cereceda se convertía en uno de los primeros subtenientes con grado de instructor en Montaña.
Accidente en montaña
Al finalizar el tercer mes de instrucción de Montaña, Cereceda sufrió un accidente que por poco le costó el curso de especialidad.
Ocurrió mientras realizaban un ejercicio de escalamiento de roca. Iba segundo en una cordada, cuando soltó más de la cuenta la cuerda de seguridad. Resbaló, cayendo más de ocho metros en caída libre. Aterrizó sobre una roca, quebrándose varias costillas "Escuché como se rompían sus huesos. Le costaba respirar. Estábamos en un lugar de difícil acceso, por lo que tuvimos que improvisar una camilla para bajarlo.
En el camino decía que no quería perder el curso, que no quería perjudicarnos", recuerda Carrasco uno de sus compañeros de cordada y el primero en asitirlo.
La lesión necesitaba varios meses de reposo, pero Cereceda regresó a los 15 días para no perder el curso de Montaña.
"Ese accidente lo marcó muy fuerte. Lo hizo más reflexivo y calmo todavía. Siempre nos decía: 'A paso lento', recordando el lema de los montañistas.
Esa calma se manifestó con fuerza durante los 15 días que duró el curso de supervivencia en alta montaña que realizaron en septiembre de 1987. "El hambre y el frío nos hacían entrar en desesperación, pero el 'Pollo' Cereceda nos tranquilizaba. Eramos 45 personas, pero él tomó el liderazgo de los más jóvenes.
Nos enseñó a hacer trampas para conejos y a pescar con la mano", recuerda Carrasco.
Durante el año que estuvo en el curso de Montaña debió marchar con viento blanco y temporales de nieve en varias ocasiones. Pues el objetivo del curso era prepararlos para mantener posiciones disuasivas de combate en todas las condiciones climáticas.
Algo que también se les enseña a los conscriptos, afirman instructores de Montaña del Ejército.
Con el grado de subteniente, Cereceda partió en 1988 al Regimiento de Infantería de La Serena. Sería la primera vez que está al mando de tropas, siempre como instructor de Montaña. También sacó el curso de profesor militar. Dos años después, es destinado como instructor en la Escuela de Infantería de San Bernardo, donde fue elegido por tres años consecutivo como "instructor distinguido", por lo que desde entonces puede portar en forma permanente una enseña con la letra "I" en su uniforme, una distinción que muy pocos instructores poseen.

Su hoja de vida intachable y sus calificaciones en lista uno hacen que lo llamen entre 1993 y 1994 como jefe de guardia del edificio de las Fuerzas Armadas en Santiago, una destinación selecta. En esa época conoce a su esposa, Lorena Cornejo, dentista del Ejército, con quien tiene tres hijos.
"Cereceda siempre se quiso adelantar, aventurarse un poco. Un año antes de lo previsto ya estaba postulando a la Academia de Guerra", recuerda Carrasco.
En enero de este año el mayor Cereceda llegó al Regimiento Los Angeles. Sus cercanos dicen que estaba emocionado de volver como instructor de Montaña.
Cinco meses después, Antuco, cambiaría esa emoción en tragedia.
“El viento Blanco es una nube baja, condensada, con viento, que levanta la nieve; no se ve nada, provoca pérdida del sentido de la orientación y baja de la temperatura del cuerpo”… “En una caminata, en condiciones normales, uno puede caminar hasta cuatro kilómetros en una hora. En una hora con viento blanco, uno avanza 200, 300 metros”… “”El organismo empieza a bajar mucho su ritmo cardíaco; entonces la persona entra en sueño y se produce la muerte blanca”…”Si hay mucha gente en esta situación, a todos les va a pasar lo mismo, porque no hay superhombres”
Obvio que es dificil imaginar que algo así sorprenda a alguien. En realidad uno no se imagina una “marea blanca” apareciendo de golpe pero esta imagen esta que muestra al Viento Blanco apareciendo en una expedición del aconcagua.. es bastante impresionante.

- LA MADRE QUE AÚN QUIERE AL EJÉRCITO (Sonia Concha)
- METEORÓLOGO JUAN INZUNZA DESCARTA ERROR HUMANO
- LAS ÚLTIMAS NOTICIAS (Acerca de la entrevista en "Gigantes con Vivi")
- CARTA DEL MAY. CERECEDA A LAS FAMILIAS DE LOS SOLDADOS
- ¿QUÉ ES EL VIENTO BLANCO?
- REVISTA EL SÁBADO, EL MERCURIO (Entrevista al Mayor Cereceda)
- ¿QUE ES GRADUALIDAD? (A los mandos del Regimiento "Los Ángeles" se les criticó por hacer una marcha de 18 kilómetros, sin embargo días antes el Ejército destaca una marcha más larga ) (Lea la pág. 4,"EJERCICIO NOCTURNO", de este artículo)
- ESPOSA DEL MAYOR CERECEDA: “Entiendo que los padres no crean, pero Patricio dice la verdad”
LA FUERZA DE LA MONTAÑA
Es tremendamente doloroso lo ocurrido en Antuco, tragedia aplastante para los padres y familiares de las víctimas y para los soldados y cuando digo “Soldados”, estoy hablando de los soldados de todos los grados, desde Conscripto a General. Debo señalar que para todo comandante su gente es lo primero, esto es un principio fundamental de la doctrina y filosofía militar. Ahora, ¿pueden imaginar que un comandante de batallón como el Mayor Patricio Cereceda Truan, podría resolver tan descriteriadamente mandar a su gente a la muerte?.
Esto escapa a la comprensión de cualquiera, que sea chileno y que tenga corazón.
En el Ejército existe el concepto de que el comandante es responsable de “todo” lo que pase o deje de pasar en su unidad y bajo ese precepto siempre habrá un responsable, pero ojo, un comandante no es Dios.
Existen varios factores que me gustaría poner a su disposición:
El batallón de infantería de montaña se encontraba en su primera campaña junto con otras unidades del Regimiento, es decir se encontraba la totalidad del regimiento en el refugio de Los Barros, muchos dicen que podría haberse elegido otro lugar como Laguna Verde, transformado actualmente en vertedero, por otra parte Los Barros a sido utilizado normalmente, hace ya bastantes años, como lugar de instrucción. ¿Como entonces culpamos anticipadamente a un hombre que fue el único que estuvo junto a su gente de sol a sol , aquel que cumplió con su deber.
En el Ejército nadie se arranca con los “tarros”, la marcha en cuestión se realizó como en muchas otras oportunidades, obedeciendo a una planificación la cual fue aprobada escalones superiores, por lo tanto no fue una decisión tozuda y falta de criterio como se deja entrever.
El motivo de la marcha a pie se justifica por ordenes superiores de instrucción que dicen que las unidades deben marchar como entrenamiento, o sea es parte de la formación del soldado, en este caso de montaña, sumado a esto, era la única forma de replegar a la gente ya que los vehículos no podían transitar, aún más, aunque ahora alguien pueda decir lo contrario, la marcha contaba con la aprobación de “todos” o por lo menos “nadie dijo lo contrario” pese a que la marcha tenía su grado de dificultad.
Se habla de “Alta Montaña”, recordemos que la laguna del laja es un lugar de turismo y de pesca donde el lugar de la marcha se presenta plano porque bordea la cuenca del lago y es camino.
Cheyre dice que esta es una responsabilidad de mando, yo les señalo también que el mando lo ejecutan naturalmente los oficiales, pero no olvidemos que el mando nace y se ejerce en la escuadra, 10 hombres comandados por un cabo, luego 30 comandados por un teniente, luego 100 por un capitán y la suma de estos comandados por un mayor esto más otras unidades son comandadas por el segundo comandante y todo esto lo manda un coronel “todos” entes pensantes y líderes con poder de decisión y de hacer presente cualquier cosa o anomalía que atente contra la seguridad e integridad de ellos mismos y de su gente, en definitiva profesionales del Ejército.
Debo hacer presente que en la montaña las condiciones son cambiantes y existen fenómenos de micro clima y lo ocurrido fue un hecho poco usual y fulminante de cambio de temperatura acompañado de nieve intensa lo cual puede acabar, dependiendo de su intensidad, con la vida de cualquier organismo vivo en segundos. El “viento blanco” esto es comparable a una avalancha por lo inesperado u otro fenómeno mortal de la naturaleza. Una desgracia, sin lugar a dudas, difícil de explicar y que escapa a la comprensión de la mayoría, pero no a la de Dios.
Ahora tomando en cuenta, la complicación y responsabilidades generales como son el precario equipamiento y medios tecnológicos puestos a disposición de esta unidad de montaña, todos queríamos que los hijos de nuestra patria tuvieran lo mejor, sin escatimar gastos, pero lamentablemente siempre se tienen que hacer las cosas con los precarios y pocos medios que se les dotan, mas de algún padre hubiese querido que su hijo hubiera estado mejor equipado. Por otra parte, ese comandante de batallón solo tenía una radio para mantenerse informado, su experiencia y de la de sus instructores de montaña con basta trayectoria en la zona.
Todo hombre merece un juicio justo en la tierra y ante Dios eso es lo que se debe hacer y no prejuzgar, como una forma de manejo político, humano y de masas.
No me cabe la menor duda que nadie quería que esto ocurriera y no podemos convencernos de esto aún, parece y es una gran pesadilla y no podemos pensar en otra cosa que en culpar a alguien para así saciar nuestra incomprensión, a aquellos le puedo decir que entre un campesino, un obrero, un futbolista, un profesor y un militar, la única diferencia, es su actividad y las ropas que usan, pero todos son hijos de alguien, en definitiva son personas que pueden estar afectas a los embates de la naturaleza.
Para finalizar es importante señalar que no solo se juzgan a los hombres en los juzgados sino también comunicacionalmente y a través de la prensa que no siempre tiene acceso a la verdad de los acontecimientos y que a veces solo quieren causar un efecto devastador y en algún caso morboso.
Por otra parte en momentos difíciles se ven las personas como son en realidad como una “radiografía” con sus defectos y sus virtudes y en este caso tanto dentro del Ejército como fuera se tiene su juicio y reflexiones con repecto al General Cheyre.